3 mayo 2024

“En la Armada Argentina, vivo nuevas experiencias todo el tiempo”


“En la Armada Argentina, vivo nuevas experiencias todo el tiempo”

Micaela Escalera presta servicios en la Armada desde hace 10 años y acaba de vivir
su primera experiencia antártica. La joven chubutense de 29 años formó parte del
Grupo Aeronaval Embarcado a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar”. 
Ushuaia – La Cabo Principal Aeronáutica Micaela Andrea Escalera regresó de la
segunda etapa de la Campaña Antártica de Verano 2022/23 (CAV) que la llevó a vivir
una de las experiencias más importantes para los integrantes de la Segunda
Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros (EAH2) a la que pertenece desde que ingresó
en la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA) en el 2012.
 
Antes de llegar al continente blanco, en 2022 Micaela viajó a la ciudad de Bariloche
durante la temporada invernal para realizar el ejercicio Nevada que consiste en un
adiestramiento en zona fría y de montaña para pilotos, tripulaciones, y mecánicos de
vuelo, a fin de recrear las condiciones y características de los vuelos que se realizan
en la Antártida.
 
Este ejercicio fue la puesta a punto para que durante la primera y segunda etapa de la
CAV 2022/23, la Cabo Principal integrara el Grupo Aéreo embarcado (GAE) a bordo
del “Almirante Irízar”, junto a pilotos, oficiales técnicos, y suboficiales a cargo del
mantenimiento de las aeronaves. El grupo es liderado por el Comandante de la EAH2,
Capitán de Corbeta Juan Antonio Prados.
 
El hangar del “Irízar”, que cobija a dos helicópteros Sea King de la escuadrilla, se
convirtió en su nuevo lugar de trabajo e implicó desafíos diferentes a los que se le
presentan en la rutina cotidiana de su Escuadrilla, con asiento en la Base Aeronaval
Comandante Espora.
 
Por su orientación Aviónica y durante los vuelos programados, la oriunda de Rawson
se encarga de la inspección y verificación del funcionamiento de los sistemas de
comunicación, internos y externos, y de navegación de las aeronaves: “Hacemos el
mantenimiento, y una vez en marcha la aeronave, quedamos atentos a las
comunicaciones externas que mantienen los pilotos con tierra o el buque y, asimismo,
dentro de la cabina durante los vuelos”.
 
Estando en el continente blanco esto cambia, asegura, y cumplió además de sus
tareas en tierra, funciones como tripulante de vuelo, es decir, como ayudante
mecánico: “Si es mi turno de volar me mantengo en la parte de atrás de la cabina del
helicóptero, a fin de controlar lo que es el enganche y la estabilidad de la carga
durante el vuelo de traslado desde el buque hacia las bases antárticas”.
 
Cabe destacar que los helicópteros son de vital importancia para brindar el apoyo
logístico y de abastecimiento a las bases conjuntas argentinas, por su capacidad de
transportar carga de hasta 2.700 kilogramos y trasladar a 11 personas a bordo.
Al llegar a las bases antárticas, sobre todo en Marambio y, la más alejada de la
península, Belgrano II, “la tarea se intensificó por el clima, pero se hace llevadero

porque nos ayudamos entre todos”, dijo Micaela. “Y como soy del sur, me adapto
bastante fácil al frío también”, agregó.
 
Micaela refirió que esta comisión es la tercera en su carrera desde que ingresó a la
ESSA. Estuvo al inicio de su experiencia profesional en la Base Aeronaval “Punta
Indio”, en el partido bonaerense de Verónica; después en Bariloche en el ejercicio
Nevada, y ahora la Antártida.
 
Conocer el continente antártico desde una aeronave
 
Estando en el helicóptero Sea King como tripulante de vuelo, Micaela describió con
emoción el recuerdo de estar volando y observando por la puerta de carga la
inmensidad blanca: “Ves todo blanco hasta el horizonte… una pequeña luz celeste, y
de vuelta todo el cielo blanco”.
 
“Me impresionó mucho la inmensidad del hielo y tener 24 horas de luz. Es hermoso
porque es totalmente diferente a lo que uno conoce”, destacó.
 
También relató una de sus mejores anécdotas cuando al finalizar en Ushuaia la
primera etapa de campaña, los Sea King decolaron hacia la Estación Aeronaval
Ushuaia (ETAU) para tareas de mantenimiento en sus sistemas.
 
Ella formaba parte de ese grupo de mantenimiento que se trasladó en bote hasta la
ETAU. El viento y el oleaje provocó que todos llegaran mojados a la costa, incluso sus
pertenencias: “Pero bueno, lo importante es que pudimos cumplir la tarea asignada y
que los grupos de trabajo son muy buenos, donde prevalece el compañerismo y uno
aprende de todo. Son experiencias nuevas”.
 
A más de 4 mil kilómetros de su Rawson natal
 
Micaela no imaginaba un destino en la Armada, aunque desde chica le llamaba la
atención la tecnología y mientras finalizaba el secundario en Rawson, pensaba
trabajar en algo relacionado con aviones. Conoció en esa época al Suboficial Primero
Medrano, quien le comentó sobre la existencia de la Aviación Naval y que cerca de
Rawson, la Armada contaba con una base aeronaval.
 
Así fue como llegó a la Oficina de Incorporación de Trelew, le brindaron información, y
presentó los papeles para el ingreso a la Armada: “Siempre me llamó la atención lo
relacionado a la electrónica, es así que cuando vi en la cartilla los diferentes
escalafones navales me entusiasmé con la especialidad”.
 
Confiesa que la decisión de ingresar a la Armada, tomó por sorpresa a su familia,
“pero me apoyaron y los tuve siempre conmigo a pesar de la distancia”.
Su primer destino fue la Segunda Escuadrilla de Helicópteros y es donde aún se
encuentra. Vive en Bahía Blanca, cerca de Espora donde está la Escuadrilla y cuando
puede, vuelve de visita a Rawson.
 

En su ciudad natal se encuentra su familia materna, su mamá Norma, quien es
inspectora de pesca de la Nación y uno de sus hermanos Ezequiel, quien trabaja en el
puerto de la ciudad.
 
Completan la familia, su papá Manuel que vive en Comodoro Rivadavia, su hermana
Paula que estudia en Córdoba y 4 hermanos más, dos por parte de madre y dos de
padre, quienes viven en Rawson y Mar del Plata.
 
Micaela reconoce que lo que más extraña de su ciudad son las salidas familiares en
las que iban todos al dique Florentino Ameghino para acampar el fin de semana y
comer los asados de su abuelo: “El lugar del que uno proviene, es el más lindo de
todos, sonríe Micaela. La ciudad es chica pero muy acogedora, con una playa
hermosa para poder disfrutar, descansar y despejarse”.
 
Transitó su niñez en el barrio Río Chubut e hizo la primaria en la Escuela Nº 20. De
adolescente se mudó al barrio 3 de abril y finalizó el secundario en el Comercial de
Rawson.
 
“La Armada Argentina desde un principio, te cambia completamente la vida”,
exclamó. “A partir de allí, tenés nuevas experiencias todo el tiempo y conocés siempre
gente nueva. Apreciás cosas que antes quizás no lo hacías, como la familia y el
tenerlos cerca; aunque estando sola y lejos de mis seres queridos, la Armada también
me ayudó a conocerme mejor”, reflexiona y concluye la Cabo Principal Aeronáutica de
Chubut.