El IPA detectó manejos irregulares del agua en el Valle del Río Tecka

Es el resultado de las campañas permanentes que inspectores del Instituto Provincial del Agua realizan en todo el territorio chubutense. Se pudo identificar la existencia de obras sin autorización.

Un equipo técnico del Instituto Provincial del Agua (IPA), que conduce Pablo Rimoldi, detectó, en una de sus inspecciones de rutina que realiza en forma permanente en toda la provincia, obras que no cuentan con la autorización de parte del órgano estatal.

En esta oportunidad, se recorrió exhaustivamente la subcuenca del Tecka, desde sus nacientes hasta su confluencia con el Arroyo Pescado. Como resultado de las inspecciones, se realizaron varias actuaciones luego de haber constatado la presencia de obras sin autorización o permiso de uso, o bien por excederse en el aprovechamiento autorizado por resolución.

Las nacientes del Tecka se ubican en la precordillera existiendo numerosos mallines o humedales abastecidos de agua por el deshielo de la nieve de invierno, a partir de los que se forman los arroyos tributarios del sistema como el Cuche, el Cakel y el Cronómetro.

En función de esto, el IPA habilita trabajos de recuperación de esos mallines que consisten en frenar el escurrimiento del cauce central y redistribuir el agua por toda la superficie del humedal mediante pequeños canales o regueras, lo que recupera la producción forrajera del mismo. Estas regueras no deben sacar el agua del mallín, ya que implicaría un desperdicio y una merma en la subcuenca.

En todos los casos estas prácticas tienen que ser autorizadas por la institución y contar con el debido Permiso de Usuario, ya que pueden comprometer la disponibilidad del recurso aguas abajo o bien el caudal del mismo Río Tecka.

Además, estas prácticas se habilitan estacionalmente cuando el deshielo aporta un caudal importante y deben interrumpirse a partir de diciembre cuando merman estos aportes.

En el caso del Valle del Río Tecka se ha comprobado que esta práctica de regueras no es eficiente, ya que la textura del suelo es más gruesa y no se logra la infiltración que se da en los mallines, por lo que ya no es habilitada por la autoridad de aplicación.

Estas infracciones son severamente penadas con multas que se tornan más onerosas ante la reincidencia del infractor, por lo que se solicita a los usuarios que esperen la autorización para iniciar trabajos y, una vez recibida, cumplan con la práctica autorizada sin excederse ni en caudal ni en tiempo de aprovechamiento para evitar sanciones.