Acto central presidido por la Presidenta del día de Veterano de Guerra y los caídos en Malvinas

Puerto Madryn, ciudad emblemática en la historia de nuestro país

Este martes 2 de abril, la Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, presidirá en nuestra ciudad el Acto del Día del Veterano de Guerra y de los Caídos en Malvinas, a 31 años del inicio de este conflicto bélico que marcó una de las heridas más profundas en la historia del país.
Puerto Madryn será nuevamente el escenario para un nuevo recibimiento, para un nuevo reconocimiento y un nuevo homenaje a los héroes de Malvinas. Pero también será un justo reconocimiento a su gente, a casi 31 años de ese 14 de junio que marcan el recibimiento histórico y estoico a aquellos héroes que volvían de las Islas Malvinas y llegaron a Puerto Madryn en el Camberra, el Northland, el Irizar, St. Emund y el Baha Paraso en junio del ’82.
El Intendente Ricardo Sastre y el Gobernador de la Provincia, Martín Buzzi, junto a Veteranos de Guerra y familiares de distintos puntos del país, escoltarán a la Presidenta de la Nación en esta ceremonia que comenzará a las 12 horas en el Monumento a los Caídos en Malvinas, ubicado en Rawson 250 en la ciudad de Puerto Madryn.
Este pueblo que tras la Guerra de Malvinas recibió a sus ex combatientes con un caluroso recibimiento en junio de 1982. Puerto Madryn es un lugar emblemático en esta historia dado que este Muelle Almirante Storni recibió a nuestros soldados brindándoles calor, abrigo, alimento y, por sobre todas las cosas, afecto y un merecido reconocimiento.
Los soldados argentinos se encontraban en estado lamentable, algunos casi desnutridos y con un importante agotamiento físico y mental producto de los combates y de la situación de tensión.
El 16 de junio, los prisioneros fueron asistidos por miembros de la Cruz Roja Internacional. Integrantes de la oficialidad argentina solicitaron que gestionaran ante los ingleses las provisiones necesarias para mejorar la situación de sus subordinados, pero los integrantes de la organización no pudieron dar respuesta a esos requerimientos.
Luego de la caída de Puerto Argentino, el buque hospital “Almirante Irizar”, trasladó heridos a Comodoro Rivadavia Y luego realizó traslados a Ushuaia y a Puerto Madryn.
Los británicos informaron a las autoridades argentinas que evacuarían a los prisioneros en los buques ingleses “Canberra” y “Nortland”, que zarparon con destino a Puerto Madryn. En el mes de julio llegó a Puerto Madryn el buque inglés “St. Edmund”, que traía a bordo a los últimos soldados y oficiales argentinos.
Finalizada la guerra, los soldados regresaron pronto al continente, pero no se reencontraron con sus familias sino que fueron llevados a instalaciones militares. Se los mantuvo un tiempo allí, con la finalidad de mejorar su condición física y lograr que la sociedad se olvidara rápidamente de la derrota. Además, dentro de los cuarteles continuaban las acciones de adoctrinamiento y los superiores “solicitaron” a los soldados la firma de una declaración por la que se obligaban a no hablar acerca de la guerra. Deberían callar, era una cuestión de Estado.
Después de varias semanas salieron del cuartel con rumbo a sus destinos de origen. Al salir de los cuarteles se encontraban con familiares de los soldados. Padres, madres, hermanos, esperaban invadidos por la incertidumbre, no sabían si sus seres queridos habían sobrevivido, si estaban heridos o habían muerto en las islas. Los buscaban desesperadamente. En medio del tumulto se producía el recuentro, los brazos no alcanzaban para asir al hijo, al hermano, al novio, habían logrado lo más ansiado. Las familias se marchaban para sus hogares, pero muchos padres se quedaban solos con su dolor parados frente al cuartel.