24 abril 2024

Por la Unidad Política de los trabajadores y el Pueblo La tramoya de las tarifas

 

 

Con la baja mediante subsidios y posterior suba de las tarifas en servicios públicos la burguesía y sus portavoces estafan doblemente a la población. Para desentrañar el engaño es preciso partir desde el principio y definir qué es el salario.

El precio de la fuerza de trabajo es el monto mínimo necesario para que un individuo pueda mantenerse a sí mismo y a su familia. Con la incorporación de la mujer al trabajo asalariado, la suma de ambos ingresos debe cubrir los gastos imprescindibles de los cónyuges y sus hijos.

Si el empresario no paga ese mínimo, no tendrá oferta de mano de obra porque ésta no puede mantenerse y reproducirse.

Los servicios públicos (gas, electricidad, agua y cloacas, transporte, teléfono, internet, etc) son hoy necesidades primarias para cada persona. Son tan básicas e insustituibles como la alimentación, la vivienda o la educación. Es decir, forman parte del costo de sostenimiento y reproducción de la fuerza de trabajo.

Ahora bien: estos servicios tienen a su vez un valor y en consecuencia un precio, constituido por la cantidad de trabajo humano necesario para producirlos más, en el sistema capitalista, la ganancia empresaria.

Si gobernantes demagogos –es decir, mentirosos- cobran esos servicios por debajo de su valor, por debajo de la cantidad de trabajo necesario para producirlos, es obvio que alguien deberá pagar la diferencia.

Es igualmente obvio que, para que los bienes sigan siendo producidos, alguien debe pagarlos. Para eso son los subsidios: cubren la diferencia entre el costo y el precio, en este caso menor al valor del bien en cuestión.

Cuando el precio de las tarifas corresponde a su valor, es decir, al trabajo incorporado que condensan, el empleador de mano de obra asalariada debe pagar a sus empleados ese costo imprescindible para que estos puedan obtenerlos.

Dicho de otro modo, el monto por tarifas de bienes indispensables para la vida de hoy debe pagarlo el burgués que explota fuerza humana de trabajo.

Ahora bien cuando se cobra por ellos mucho menos y la diferencia la pone el Estado a través de subsidios… ¿quién paga los subsidios?Es muy simple: deja de pagarlos el empresario capitalista y los paga el conjunto de la sociedad, cuya vasta mayoría está compuesta por trabajadores (asalariados o cuentapropistas). Ese pago se hace a través de mayores impuestos o directamente a través de emisión de dinero sin respaldo, que a su vez produce inflación de precios en general y cae sobre los hombros de los trabajadores.

Es decir que las tarifas baratas, cuando sus precios están por debajo de su valor, significan una fabulosa transferencia de riqueza a favor de la burguesía y a costa de los trabajadores.

Cuando el gobierno anterior era vehículo de este saqueo congelando las tarifas, estafaba a los trabajadores y la sociedad en su conjunto. Ahora, cuando un gobierno de otro signo lleva los precios al nivel de su valor, vuelve a estafar a los trabajadores porque en ningún caso los salarios suben en proporción al aumento de tarifas de servicios públicos.

¿Por qué sindicatos y partidos que supuestamente son representantes de los intereses de los trabajadores no explicaron antes ni ahora esta forma complementaria, enmascarada y por ello doblemente vil, de la explotación? ¿Por qué contribuyeron antes y vuelven a hacerlo ahora con fantásticas transferencias de ingresos (forma complicada para nombrar el robo) a favor del capital, en perjuicio de los trabajadores y el conjunto de la sociedad?

Puede que muchos no lo comprendan. Pero entonces no pueden ser nuestros dirigentes. Si muchos de ellos lo entienden pero callan cuando las tarifas están bajas y gritan cuando su precio sube, entonces…

NUCLEO POLITICO SINDICAL DEL CHUBUT/UMS

Chubut, 16/06/2018.