20 abril 2024

El mate un antiguo ritual

La historia del mate se remonta a los guaraníes, que consumían hojas de yerba a la que llamaban Caá. Tostaban las hojas al fuego, las molían luego en mortero y masticaban, como elemento energético o bien las colocaban en una calabaza con agua de río y sorbían, usando sus dientes como filtro o un canuto de caña. Los brujos de la tribu la bebían considerándola un elixir mágico.

Los españoles comenzaron a ingerirlo, le llamaron hierba del Paraguay o Hierba”.

Las autoridades veían con preocupación la adicción de nativos y colonizadores, a fines del siglo XVI, Desde 1616  el gobernador de Buenos Aires  Hernando Arias de Saavedra ordeno quemar fardos de yerba a modo ejemplarizador y  dicta un bando que prohíbe el consumo de yerba mate. “Mandó los quemar por que el mate es un vicio que favorece a los enamorados”.

Su doble condición de alimentos y sustancia estimulante fue descrita en los informes periódicos de los misioneros jesuitas quienes promovieron el cultivo en forma orgánica y adoptaron el consumo preparándolo al modo del té ingles, con lo que fue conocido en Europa con el té de los “jesuitas”.

“…Todos los españoles, hombre y mujeres, y todos los indios beben esta yerba y cuando no tienen con que comprarla, dan  sus calzones y frazadas, cuando  le falta desfallecen y dicen que no pueden vivir. Todos los indios la toman antes que amanezca y todas las veces que la tienen cuando trabajan, aunque no coman, con sola yerba se sustenta y se avivan las fuerzas para trabajar de nuevo…”

En los puertos del litoral era comercializada, llegándose  apagar en Santa Fe hasta 16 pesos la arroba. El monto de las transacciones llego a ser tal alto que la corona decidió imponerle un gravemente llamado “de sisa”, destinado a la construcción de obras como los fuertes de construcción de obras como los fuertes de Buenos Aires y Montevideo.

Después de la expulsión de los jesuitas en 1767, los resultados de sus trabajos de investigaciones, no  fueron capitalizados debidamente. En el marco de frecuentes guerras con los portugueses, la zona de misiones paso a ser sitio de población inestable y durante el siglo XIX. No hubo prácticamente otra explotación la de los hiérvales silvestres, a pesar del esforzado intento del naturalista Amadeo Bompland. La producción paraguaya y luego la brasilera adquirieron mayor importancia.

A partir de 1830, desde el gobierno de Corrientes se impulso la industria, pero si bien el gobierno fijaba permiso y precisiones, las condiciones de trabajo era sumamente injustas basadas en el sistema de conchabo, vales e impunidad derivadas del aislamiento y escaso control oficial.

En la actualidad la producción ha ido creciendo en cantidad y variedad yerba con y sin palo, con hierbas, saborizada, etc.

En 1995 ascendía a 2500 millones de kilos. Si bien el consumo más importante abarca Argentina, Uruguay, Paraguay, sur de Chile y sur de Brasil, se exportan a países del cercano oriente, y en menor proporción a Europa, Asia.

REFLEXIONES:

Los hechiceros de las tribus utilizaban el polvo de las hojas de yerba en las ceremonias religiosas.

Los españoles tuvieron una mala impresión del consumo de yerba, pero ellos la probaron y terminaron adoptándola. Estudios científicos comprobaron la presencia de vitamina C en las hojas y de los beneficios de la infusión.

El mate no es una bebida En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse, te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo; cuando llega alguien a tu casa la primera frase es ‘hola’ y la segunda’ ¿unos mates? (Esto pasa en todas las casas), en la de los ricos y en la de los pobres; pasa entre mujeres, y pasa entre hombres; pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se DIVIERTEN.

Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse nada en cara;

Peronistas y Radicales ceban mate sin preguntar; en verano y en invierno; es lo único en lo que nos parecemos, las víctimas y los verdugos, los buenos y los malos…

Cuando tenés un hijo; Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando alguien de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con leche, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Se empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma.

El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores…

Es la solidaridad de soportar esos mates lavados porque la charla es buena! Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, y es la sinceridad para decir: Basta, cambiar la yerba!’. Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad del agua. Es el cariño para preguntar, ‘¿está caliente, no?’. Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir ‘gracias’, al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.

Un buen cebador

Cualquier persona puede servir o hacer un mate, pero no es fácil encontrar buenos cebadores de mate.

Cebar no es simplemente servir o verter agua caliente al mate sino mantener el mate en condiciones agradables para ser tomado. Ese trabajo, en la época de la colonia, estaba reservado para sirvientes especializados: las cebadoras de mate.

En la actualidad, entre los gauchos y arrieros o entre un grupo de amigos, sea en un taller mecánico, una oficina o un banco, siempre hay alguien que se especializa en hacerlo.

Gracias, Gracias! es la palabra indicadora de que se ha satisfecho el deseo de tomar mate, pero al mismo tiempo refleja el reconocimiento del matero hacia el cebador por eso nunca debe decirse simplemente «no quiero más».

Lenguaje del mate[i]

“Matear”: en rondas de mate es toda una ceremonia con un específico lenguaje del mate, aunque —como en todo lenguaje— pueden darse variaciones según el contexto y la región.

“Matera”: tipo de ‘bolso’ donde se puede llevar el mate junto al termo, de tal forma que permanezcan en posición vertical para que así no se caiga ni la yerba ni el agua caliente. Este término es utilizado especialmente en Uruguay; en Argentina se lo conoce también como «ternera» o «porta termo».

“Cebadura”: yerba necesaria para rellenar una vez el mate.

“Cebar”: es la acción de echar agua a la temperatura adecuada en el mate sobre la yerba.

“Amargo”: término utilizado como sinónimo de la acción de matear; «tomar unos amargos», esta acción solo indica tomar mate son azúcar.

“Lavado”: es una característica del mate, se refiere a cuando la yerba pierde el gusto. Ej. «Este mate está lavado».

“Bostear y ensillar”: método utilizado cuando el mate está lavado; se refiere, primero, a sacar aproximadamente 1/3 de la yerba ya usada e introducir, luego, nueva, a fin de que el mate retome el gusto.

“Dada vuelta” o “dar vuelta la bombilla”: dícese de la acción de cambiar la bombilla a una posición opuesta a la original, conservando el gusto por más tiempo. (20 mates más)

“Piscina” o “empantanado”: dícese cuando el agua tapa completamente la yerba.

“Montículo”: se refiere a la yerba remanente del mate, para ser usada en la acción «dada vuelta» con yerba no usada, mantener el montículo permite tener un mate que dure más tiempo sin lavarse.

“Tapado”: en referencia a la dificultad o bien a la imposibilidad de succionar por la bombilla, que se soluciona con un golpe en la base del mate.

“Mate Trancado”: En las provincias mediterráneas no dicen mate tapado, como en el litoral, cuando se ha obturado la bombilla con el polvillo de la cebadura: le llaman mate trancado y, en la verdadera prosodia popular, mate trancao.

“Mate Chuya”: Así, o chulla, llaman los santiagueños al mate chorreado y al lavativa. También llaman ojos chuyos a los ojos llorosos

“Mate de Velorio”: El mate de velorio no es un mate común, sino un porongo, un calabazo grande. Este mate se sirve a una rueda de materos: uno de ellos pega dos o tres chupadas y lo pasa al vecino. Así, sucesivamente, hasta que se agota la infusión. Por eso, cuando se quiere significar que una cosa tiene mucha extensión, se dice: «Es más larga que mate de velorio».

“Mate de las morales”: Es aquel mate que se promete y nunca se ceba.

“Mate del zonzo”: El primer mate que se ceba, al comenzar la cebadura.

“Mate del estribo”: Es el último mate que se ofrece a una persona que se ausenta de la rueda.

“Agüita perra”: En Chile, llaman así al último mate de la cebadura.

“Don Mateo”: Es el mate prestigiado por su buena yerba, su buena presentación y el buen arte de quien lo ceba.

“La Rueda”: Se llama así al grupo de yerbeadores que comparten una reunión amenizada por el mate. Originada en la rueda del fogón y con todos sus atributos sociales, en términos específicamente materos, a fin de mantener una distribución equitativa del mate. El objetivo es que el que acaba de tomar el mate, no vuelva a hacerlo hasta que no termine la rueda. A este ciclo se le llama vuelta.

Colecciones

Colección de mates y artículos afines, y la denomino una colección de mates «populares», mates de porcelana, madera, calabaza, vidrio, caña, asta, latón etc. Junto a los mates se junta yerberas, bombillas, pavas, termos, calentadores, muchos envases de yerba y algunos artículos de promoción.

Extraña tal vez, pero real: «no tengo costumbre de tomar mate, pero los colecciono”, de todas las formas, materiales, tamaños, reales y de adorno. Se adquieren en ferias artesanales de la ciudad de Buenos Aires (feria de mataderos, la boca, recoleta, etc.) y sobre todo en viajes (Mendoza, la rioja, san Luis, mar del plata, córdoba, Tandil, Uruguay etc.). También están los mates de Plata de los grandes orfebres: Cómo: “DARAGHI, PALLAROLS, ZAMUDIO, TOLEDO”.

MUSEO DEL MATE: Todo estas anécdotas y las colecciones de casi dos mil piezas, única en el mundo, las podrán disfrutar en el museo, que se encuentra en el tigre, Provincia de Buenos Aires, en una residencia clásica del delta, donde te reciben sus dueños. Su creador Francisco Scutellá, investigador costumbrista, a través de muchos años fue recibiendo y buscando estos elementos. A dos años de su creación, su actual director es Jorge Roberto Díaz. En un ambiente acogedor se puede aprender a tomar un buen mate y probar distintos tipos de yerba y su famosa torta de mate. (http://alternativaoriental.com/elmuseodelmate.tandu.com.ar/)

EL MUSEO DE LA YERBA MATE: El Museo Histórico «Juan Szychowski» relata la vida de un colono polaco que fue pionero en el cultivo y procesamiento de la yerba mate. Se encuentra a 13 kilómetros de Apóstoles, en la provincia de Misiones (Argentina), en el Establecimiento Yerbatero “La Cachuera”.Consta de tres secciones: Matería, Auditorio y Museo y fue declarado de Interés Turístico Provincial en 1999 y Monumento Histórico, Arquitectónico, Industrial y Museístico en 2001

Fuente: 171 º Boletin » 100 años de Turismo»